La depresión es una enfermedad que nos afecta física y mentalmente en nuestro modo de sentir y pensar.
Las personas que atraviesan periodos de decaimiento o depresión suelen venir asociados con escenarios de baja estimulación sensorial: poca luz, escaso sonido y contacto social…
Algo tan sencillo como salir de casa supone un gran paso hacia su mejoría.
Moverse, respirar profundamente, poner en marcha nuestro corazón nos proporciona un estado de bienestar en el cual comenzamos a relativizar nuestros pensamientos. En ese momento, los problemas ya no parecen tan graves como antes.
No hay que poner límite a «tu libertad de movimiento«, ni física ni mentalmente.
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